@yagodiazpi
«Vuelve a casa por Navidad». Muchas generaciones hemos crecido con este eslogan promocional navideño que, por una parte, dejaba entrever un viaje segura y puntual a la cita con el tradicional reencuentro familiar -mejor con mazapán bajo el brazo- y, por otra, trataba de atraer cuota de mercado a un modo de transporte por aquel entonces inaceptable en cuanto a su nivel de servicio y obsolescencia.
El mensaje subliminal venía a ser: «Solo si tomas el tren llegarás según lo previsto». Lamentablemente, en aquella época fallecía en nuestras carreteras una persona casi cada hora.
Hoy, tu madre te sugiere que, antes de “volver a casa por Navidad”, consultes previamente los días en los que se ha convocado huelga. Imposible que no coincida alguna con tu viaje de ida o de regreso. Porque afinar, los convocantes, afinan muy bien. Cada vez mejor.
«Llevamos la Navidad a todas partes». Rezaba la publicidad de la compañía aeronáutica bandera de nuestro país hace escasos años. Hoy, fieles a su cita navideña, ya sean los sindicatos adscritos al personal de tierra, los de los pilotos o los de los controladores -cuando no todos a una- convocan unas cuantas jornadas de paro para hacer más imprevisible el ejercicio de llegar a casa a pasar las fiestas en familia.
Lejos de discutir la legitimidad de las demandas, propongo que sean convocadas macrofiestas en los hubs[1] nacionales los días 24 y 31 de diciembre. Y es que, cuando se desconvoquen las huelgas, todos habremos decidido ya una alternativa de desplazamiento más fiable, alejada de incertidumbres y procesos negociadores.
El transporte aéreo es seguro y cada vez más económico; pero resulta frustrante dar con los huesos en el asiento de un aeropuerto para acabar haciendo un trayecto alternativo no programado.
[1] Centros de intercambio de personas y mercancías
«Papa Noel se desplaza en trineo». Por suerte para todos los ciudadanos, cuando sopesemos pros y contras y adoptemos nuestras decisiones de movilidad, las carreteras estarán ahí, con todas sus limitaciones, imperfecciones y abandonos. Más descuidadas, menos negras, peor pintadas, más congestionadas,… Pero abiertas al público las 24 horas de todos y cada uno de los días del año.
Más seguras, más eficaces, mejor diseñadas, más amables… Recibiendo sin q uejas, callada y fielmente, cada nuevo usuario que decide hacer uso de ellas. Sin avatares negociadores, sin paros, sin cierres inopinados… Ya sean elegidas como primera alternativa o como último recurso frente a las reclamaciones de unos o de otros.
Sólo falta que la climatología de estas fechas no sea extrema en exceso para que podamos utilizar las carreteras en plenas condiciones de fiabilidad, comodidad y seguridad.
Papa Noel ya ha decidido también su modo de transporte. Nadie va a echar de menos sus regalos.
¡Feliz Navidad!