Innovación: caballo ganador

Asistimos a un proceso de cambio acelerado y turbulento que está alterando conceptos nunca antes cuestionados. Una transformación a todas luces inevitable, frente a la que podemos posicionarnos como meros espectadores, dejándonos llevar por los acontecimientos, o decidir ser parte activa, poniendo a su servicio nuevas ideas, iniciativa, talento y capacidad de adaptación. 

En este escenario, la innovación tecnológica en el seno de las compañías ha dejado de ser una opción, tantas veces vinculada a excedentes presupuestarios o al empeño de espíritus inquietos, para convertirse en el salvoconducto que puede garantizar la supervivencia en el entorno complejo que actualmente nos desenvolvemos.

Pero, no nos engañemos. Innovar no es fácil. Tampoco inmediato. Porque exige, no solo tener ideas nuevas -y buenas-, sino, sobre todo, querer implementarlas y estar dispuestos a asumir el coste que ello representa. La innovación pone a prueba la flexibilidad y capacidad de aprendizaje de las organizaciones. Y esto se traduce en asumir riesgos y aceptar renuncias.

No hace mucho, unos dos años atrás, en el lenguaje empresarial comenzaron a colarse conceptos como “aceleradoras de ideas”, “incubadoras de startups”, “venture builders” o “company builders”. Emprendedores e inversores recurrían a estos espacios en busca de proyectos innovadores.

Hoy son las empresas las que, internamente y con sus propios recursos, apuestan por la I+D+i como elemento diferenciador, ya no frente a la competencia –que también- sino, sobre todo, en un marco global en el que sectores distintos se esfuerzan por que usuarios, clientes y consumidores les pongan la etiqueta de “innovadores”. Y es que innovar ha ascendido con rapidez en el escalafón de la estructura organizacional porque la ecuación que incorpora esta variable se resuelve con un positivo en la cuenta de resultados.

La industria de la carretera en España ha logrado dar ese gran salto. Organizaciones públicas y privadas, de estructuras tradicionalmente rígidas y con no demasiadas opciones, a priori, para la innovación, han demostrado el extraordinario potencial que escondían, explorando las grandes posibilidades que alberga el talento de sus equipos.

El sector viario ha apostado fuerte. Y ha ganado.

Las compañías e instituciones que van a presentar sus macro-proyectos en el marco de los Debates Virtuales de la Asociación Española de la Carretera el próximo 18 de marzo son el mejor ejemplo de ello. Modelo, también, del manido “la unión hace la fuerza”, porque han sabido aunar capacidades y fortalezas para explorar las interesantísimas oportunidades que las infraestructuras de carreteras ofrecen a la innovación tecnológica.

Así lo ha entendido también nuestro socio y patrocinador en esta ocasión, la firma Autodesk, una empresa que desarrolla herramientas para ayudar a las personas en sus desafíos diarios, automatizando el proceso de diseño en el mundo digital y el de producción en el mundo real.

Desde la Asociación Española de la Carretera y de la mano de nuestros miembros, seguiremos apostado por un mundo en el que las carreteras no dejarán de ser esenciales en nuestro bienestar y en el de las generaciones futuras.