Editorial publicado en la revista Carreteras – nº 180 – Noviembre/Diciembre de 2011
Durante muchos decenios, la actividad empresarial en el mundo de la carretera ha venido marcada por el diálogo entre empresas y administraciones, el encuentro entre proveedores y clientes, origen de unas estrategias comerciales que podríamos denominar puramente “españolas” y donde las bajas, los reformados y los complementarios se convierten en reglas de un juego ajeno a muchas prácticas internacionales.
Pero este juego ha empezado a cambiar y, desde luego, no sólo por los repetidos esfuerzos de las administraciones por modificar estas prácticas –al tiempo que las alientan con sus procedimientos de adjudicación-, sino por el nuevo mercado que se nos avecina, si es que no ha llegado ya: el protagonismo de los administradores privados.
Las extraordinarias dificultades presupuestarias presentes –y, desgraciadamente, futuras- están dando lugar a un incremento de la actividad concesional y, eso, a pesar de las dificultades financieras que nos rodean.
En el año 2010, los proyectos concesionales en nuestro país alcanzaron los diez mil millones de euros, duplicando los cinco mil millones del ejercicio anterior.
Si la actividad en el campo de la Obra Pública se recupera algo en los próximos años, esta recuperación no vendrá de la mano de presupuestos públicos más generosos, sino del recurso a la participación público-privada. Y para muchos agentes económicos, esto significará el cambio de las reglas del juego. No es lo mismo un contrato con las Administraciones Públicas que con un agente privado. Aún más, si estos proyectos reciben ingresos directos provenientes de los usuarios, la calidad del servicio tal y como la entienden los usuarios y no como se recoge en algunos pliegos quizá demasiado teóricos, puede significar cambios incluso en la gama de productos o en los procedimientos de trabajo.
Es probable que el papel de las administraciones se concentre fundamentalmente en la planificación, regulación y supervisión.
El nuevo juego ha empezado, pero aún es pronto para juzgar sus resultados.