Jacobo Díaz Pineda, Director General de la Asociación Española de la Carretera
Artículo publicado en el diario La Razón, el 11 de marzo de 2013
Desde la Asociación Española de la Carretera, valoramos positivamente las medidas que impulsa el nuevo Reglamento General de la Circulación en el borrador que hemos conocido a mediados de esta semana. Consideramos que buena parte de la red de carreteras de alta capacidad de nuestro país permite asumir holgadamente un incremento en el límite de velocidad genérico de 120 a 130 kilómetros por hora sin que la seguridad vial se vea comprometida.Sin embargo, la medida pierde buena parte de su potencialidad si el incremento afecta exclusivamente a tramos comprendidos entre dos paneles de mensaje variable ya instalados, pues hay recorridos que, pudiendo beneficiarse de la subida por sus características, no podrían hacerlo al no disponer de estos pórticos.
Y si a esto unimos el descenso de velocidad en todas las carreteras convencionales también recogido en el nuevo Reglamento –unas vías que, no lo olvidemos, representan el 90% de nuestra red- lo cierto es que, de facto, estamos ante una reducción notable de la velocidad media de circulación.
Respecto a los cambios que introduce el Reglamento en el ámbito urbano, si lo que persiguen es mejorar la movilidad, dichas modificaciones no tienden precisamente en esa dirección. Las reducciones en las ciudades son exageradas. Habría que estudiar con más detenimiento dónde es realmente necesario y dónde no. La economía de la ciudad está ligada a la movilidad y si reducimos la velocidad, reduciremos la rentabilidad del transporte de viajeros y mercancías. Además, hay grandes posibilidades de que aumenten los puntos de congestión y, en consecuencia, los niveles de ruido y las emisiones.
En definitiva, desde la Asociación Española de la Carretera consideramos necesario una mayor concreción y detalle de las propuestas contenidas en el nuevo Reglamento General de la Circulación para que de verdad redunden en la ansiada mejora de la movilidad, urbana e interurbana.