Editorial publicado en la revista Carreteras – nº 184 – Julio/Agosto de 2012
Desde hace muchos meses, quizás demasiados meses, una serie de indicadores económicos como el IPC, la inflación o la famosa “prima de riesgo” han cobrado un protagonismo casi obsesivo en los medios de comunicación. No es extraño encontrar referencias, incluso en las portadas de los periódicos o la apertura de los informativos, sobre la subida o el descenso experimentados por tal o cual indicador.
No es el interés de este editorial, en estos tiempos de enormes turbulencias económicas, poner en cuestión la necesidad de seguir muy de cerca estos parámetros, que nos pueden ayudar a comprender la evolución de nuestra economía. Sino todo lo contrario.
La Asociación Española de la Carretera (AEC) viene realizando un estudio sobre Necesidades de Inversión en las Carreteras Españolas, con carácter general, cada dos años desde 1985, de tal manera que se ha convertido en nuestro indicador del estado de conservación de la red viaria en España. El estado actual de las carreteras, según el último informe de la AEC, arroja una conclusión demoledora: las carreteras se mueren. La nota obtenida es la peor de los últimos 25 años. La situación es crítica. Se necesitan unos 5.000 millones de euros para devolver a nuestras infraestructuras viarias a un nivel aceptable.
Desgraciadamente, hasta dentro de 2 años no volveremos a tener un nuevo informe de evaluación del estado de conservación vial. Serán importantes sus conclusiones, seguro, pero no podemos ni debemos esperar tanto tiempo.
Urge desarrollar un indicador global que nos permita, día a día, valorar el estado de conservación de nuestras carreteras, el valor patrimonial actualizado. La tarea, sin duda, es del máximo interés. Necesitamos desarrollar un indicador mediático que nos permita informar a toda la sociedad a través de los medios de comunicación del estado de conservación de nuestras carreteras.